miércoles, 31 de marzo de 2010

VIDA Y OBRA DE LEONARDO DA VINCI

Leonardo da Vinci nació el sábado 15 de abril de 1452 , «en la tercera hora de la noche», es decir, tres horas después del Ave María (lo cual sería a las 22:30),[6] en el castillo de Vinci, cerca de Florencia, producto de una relación amorosa ilegítima entre su padre, Messer Piero Fruosino di Antonio da Vinci, notario, canciller y embajador de la República de Florencia y descendiente de una rica familia de notables italianos, y de su madre, Caterina, una humilde joven cuya familia campesina habitaba en la pequeña localidad toscana de Anchiano, situada a dos kilómetros de Vinci,[Nota 5] en el territorio de la provincia de Florencia, en Italia.[7] [8] Un estudio de 2006 indica que es probable que Caterina fuera una esclava originaria de Oriente Medio.[9]

Leonardo, o Lionardo según su nombre de bautizo,[6] fue bautizado y pasó sus cinco primeros años en la casa de su padre en Vinci,[6] donde fue tratado como un hijo legítimo.[10] Tuvo cinco madrinas y cinco padrinos, todos ellos habitantes del pueblo.[6] En este lugar, Leonardo recibió instrucción, aprendió a leer y a escribir, y adquirió conocimientos de aritmética. Sin embargo, prácticamente no aprendió latín, base de la enseñanza tradicional. El hecho de que tuviese una ortografía caótica muestra que su instrucción no estuvo exenta de lagunas; en todo caso no fue la de un universitario.[11]

En aquella época, las convenciones modernas en los nombres de personas no se habían desarrollado todavía en Europa, por lo que únicamente las grandes familias hacían uso del apellido patronímico. La gente del pueblo solía ser designada por su nombre, al que se le adjuntan todo tipo de precisiones útiles: el nombre del padre, el lugar de origen, un apodo, el nombre del maestro en el caso de los artesanos, etc. Por consiguiente, el nombre del artista fue «Leonardo di ser Piero Da Vinci», cuyo significado es «Leonardo, hijo del maestro Piero De Vinci»; sin embargo, el término «Da» lleva una mayúscula para denotar que se trata de un apellido.[6] El propio Leonardo firmaba simplemente sus obras como «Leonardo» o «Io, Leonardo» («Yo, Leonardo»), así que la mayoría de las autoridades atribuyen sus obras a «Leonardo» sin el «da Vinci». Es verosímil que se abstuviera de emplear el apellido de su padre porque era un hijo ilegítimo. «Vinci» proviene de «vinchi», denominación que reciben unas plantas similares a los juncos, que crecen en el entorno del arroyo Vincio y que eran utilizadas por los artesanos toscanos.[6]

En 1457, cuando Leonardo tenía cinco años, su madre se casó con Antonio di Piero Buti del Vacca da Vinci, un campesino de la localidad, con el que tuvo cinco hijos.[6] Fue acogido entonces en la casa de la familia de su padre en el pueblo de Vinci. Entre tanto, el padre se había casado con una joven de dieciséis años proveniente de una familia rica de Florencia, Albiera degli Amadori.[6] Ésta, al no tener hijos, volcó su afecto en Leonardo, pero murió siendo muy joven debido a complicaciones de parto, en 1464.[6] Aunque era considerado plenamente desde su nacimiento como hijo de su padre, Leonardo nunca fue reconocido formalmente como un hijo legítimo. Su padre se casó hasta cuatro veces, dándole diez hermanos y dos hermanas menores legítimos.[6] De estas relaciones, el pequeño Leonardo tuvo un muy buen vínculo con la última mujer de su padre, Lucrezia Guglielmo Cortigiani, afecto que se evidencia en una nota en donde se dirige a ella como «querida y dulce madre».[6]

Su abuela paterna, Lucia di ser Piero di Zoso, una ceramista próxima a Leonardo, fue probablemente la persona que le inició en las artes.[6] Un conocido presagio refiere que un milano venido del cielo había hecho un vuelo estacionario sobre su cuna, tocando su cara con la cola.[12] [13] Giorgio Vasari, biógrafo del siglo XVI de los pintores del Renacimiento, cuenta en Le Vite (1568), la historia de un campesino local que pidió a ser Piero)[Nota 6] que su talentoso hijo le pintara una imagen sobre una placa. Leonardo pintó entonces una representación de un dragón escupiendo fuego, tan bien realizada que ser Piero la vendió a un mercader de arte florentino, quien a su vez la revendió al duque de Milán. Después de haber conseguido un beneficio, ser Piero compró una placa decorada con un corazón atravesado por una flecha, la cual entregó al campesino.[14]

Vida personal

Estudio de un retrato de Isabel de Este, hacia 1500. Isabel parece haber sido la única amiga de sexo femenino de Leonardo.Leonardo da Vinci tuvo muchos amigos que gozaron reconocimiento en sus respectivos campos o tuvieron una influencia importante en su época. Por ejemplo, el matemático Luca Pacioli, con el que colaboró en un libro, Cesar Borgia, a cuyo servicio pasó dos años, Lorenzo de Médici o el médico Marcantonio della Torre. Conoció a Nicolás Maquiavelo, con quien tuvo una estrecha amistad, y a su rival Miguel Ángel. Entre sus amistades también se encontraban Franchino Gaffurio e Isabel de Este. Leonardo no pareció haber tenido relaciones estrechas con ninguna mujer, salvo Isabel, de quien hizo un retrato en el transcurso de un viaje que le llevó a Mantua, retrato que parece haber sido la base para un cuadro, hoy perdido.[15] Fue también amigo del arquitecto Jacopo Andrea da Ferrara hasta su asesinato.[28]

Más allá de la amistad, Leonardo guardó su vida privada en secreto. Su vida, sus capacidades extraordinarias de invención, su «excepcional belleza física», su «gracia infinita», su «gran fuerza y generosidad», la «formidable amplitud de su espíritu», tal y como las describe Vasari han despertado la curiosidad.[14] Numerosos autores han especulado sobre los diferentes aspectos de la personalidad de Leonardo. Su sexualidad ha sido objeto de estudios y análisis. Esa tendencia comenzó a mediados del siglo XVI y se incrementó en el transcurso de los siglos XIX y XX, pudiéndose destacar entre los estudiosos a Sigmund Freud.[49]

Las relaciones más íntimas de Leonardo fueron con sus alumnos: Salai y Francesco Melzi. Melzi dejó escrito que los sentimientos de Leonardo eran una mezcla de amor y de pasión. Después del siglo XVI se han descrito esas relaciones como eróticas. A partir de entonces se ha escrito mucho sobre esa presunta homosexualidad y sobre el papel de ésta en su arte, en particular en la impresión andrógina que se manifiesta en su Baco, y más concretamente en alguno de sus dibujos.[50]

Leonardo fue un apasionado admirador de la naturaleza y los animales, hasta el punto de convertirse en vegetariano.[51] y de comprar aves enjauladas para luego ponerlas en libertad.[52] Fue también un excelente músico. Es bien conocido que Leonardo era zurdo, lo que explicaría la utilización que hacía de la escritura especular.[28]

TONY Y BARRY BUZAN

Tony y Barry Buzan, (1996) considerado este último el padre de los mapas mentales y creador de alfabetismo mental en oposición al término analfabetismo mental que lo refiere como el estado en que la mente individual está aprisionada en un marco conceptual relativamente pequeño, que le impide emplear todas las herramientas, incluso de las más primarias de la educación mental, las cuales podrían ayudarle a expandir ese marco conceptual (Pp. 310). Los Buzan plantean otro concepto para lo que ellos denominan mapas mentales y toman como principales arquitecturas de este concepto, a la propia naturaleza. Sus mapas mentales difieren de los


conceptos vertidos por los autores consignados en párrafos anteriores, pues los mapas de los Buzan más bien presentan esquemas que en apariencia parecieran desordenados, tal vez incongruentes, sin uniformidad y utilizando dibujos de todos tipos y al gusto del que lo elabora, colores, figuras en tercera dimensión, entre otros, lo que hace que cada mapa mental sea único y adecuado al conocimiento previo del que lo elabora, lo que parece dar como consecuencia un aprendizaje significativo.

Los Buzan (1996) son autores de varias obras y asesores de empresas como IBM, General Motors, Electronic Data Systems, Digital Equipment, consejeros de empresas internacionales como Hewlett-Packard, British Petroleum, IBM, entre otras, en donde sus mapas mentales son utilizados para el desarrollo de proyectos (Pp. 13, 193).

Plantean Tony y Barry Buzan, el poder de las imágenes, el pensamiento radiante, la cartografía mental, y el uso que los mapas pueden tener para el desarrollo de la personalidad como el autoanálisis, los problemas familiares, el ámbito educacional, el mundo profesional y el de los negocios, la enseñanza, entre otros, así como la creación de un mapa mental maestro (Pp. 255).

Para el desarrollo de su proyecto mental, los Buzan (1996) hacen referencia a la Gestalt como la totalidad, en donde el cerebro humano tiende a buscar tanto el patrón de diseño como la terminación. La estructura del mapa mental satisface esta tendencia, inherente en el cerebro, a buscar la terminación. El mapa mental permite una secuencia infinita de “tanteos” asociativos que investigan en extensión y en profundidad cualquier idea o cuestión que pueda preocuparte (Pp. 45).

Con referencia a la Gestalt, Woolfolk (1999) refiere que en alemán significa forma o patrón y que se refiere a la tendencia de la gente a organizar la información sensorial en esquemas o relaciones. En lugar de percibir trozos y piezas aisladas de información, los percibimos todos organizados y significativos (Pp. 251).

Para llegar a sus trabajos con los mapas mentales, los Buzán recorrieron un camino en el cual no se había trabajado bastante y con información dispersa llegaron a sus conclusiones de la forma en que había que organizar el conocimiento para aprehenderlo y trabajar con él.

Buzán y Buzán (1996) refieren que investigaciones han demostrado que durante el proceso de aprendizaje, el cerebro humano recuerda principalmente lo siguiente:

Temas referentes al comienzo del período de aprendizaje (el efecto de primacía)

Temas referentes al final del período de aprendizaje (el efecto de inmediatez)

Cualquier cosa o cosas asociadas a otras, o pautas ya archivadas, o vinculadas con otros aspectos de lo que se está aprendiendo.

Cualquier punto que esté acentuado por ser de algún modo único o sobresaliente.

Todo lo que llame fuertemente la atención a cualquiera de los cinco sentidos.

Todo aquello que sea de especial interés (pp. 43-44).

Al concluir este trabajo, consideramos que como profesores, aún tenemos un largo camino que recorrer en el trabajo de los esquemas mentales, pero sobre todo, a través de este ensayo, hemos alcanzado un concepto más claro de lo que son los esquemas mentales, de los cuales, estimamos que no hay un esquema único que nos diga cómo debe darse tal o cual concepto para su aprendizaje, y que cada quién, -especialmente los alumnos- debe elaborar su propio mapa o esquema mental, basado en su conocimiento previo, en su experiencia, en su entorno sociocultural, en fin, en sus propias vivencias, a fin de capturar y de aprehender los nuevos conceptos planteados en clase o en cualquier momento de su vida.

domingo, 7 de marzo de 2010

las virtudes femeninas y el mercado laboral

Las virtudes femeninas y el mercado laboral

Que la mujer ha logrado un espacio dentro del ámbito público es un hecho indiscutible. Sin embargo, el mercado laboral todavía no ofrece iguales oportunidades para hombres y mujeres. El reconocimiento de las diferencias y el aporte original de las capacidades femeninas pueden convertirse en el factor que modifique las condiciones de un estilo de trabajo diseñado por y para varones.

El panorama es alentador, al menos, para ellas. Según las últimas cifras del Ministerio de Educación, en 2002 hubo casi un 19% más de egresadas que egresados en las universidades estatales y un 16% de diferencia en las privadas. De los más de 50.000 egresados de universidades públicas, 30.000 fueron mujeres, como más de 9.000 de los 18.000 graduados de las privadas.

La cuestión problemática es que esta diferencia no se refleja en el mundo laboral. Si bien la inserción femenina en el mercado del trabajo es un hecho consumado, todavía el acceso en igualdad de oportunidades no parece haber alcanzado su estado ideal. Además, ellas no sólo tienen problemas en la inserción laboral, sino que son pocas las mujeres que llegan a puestos de decisión estratégica. Por otra parte, una vez que llegan a esos espacios, deben convertirse en verdaderas malabaristas para seguir el ritmo de carreras profesionales diseñadas por y para varones.

¿Por qué, entonces, afirmar que el panorama es alentador? Lo positivo no sólo proviene de una evidente mayor capacitación femenina, sino de que las mujeres de la actualidad tienen el desafío de modificar las reglas de juego para ellas y para quienes vengan detrás. Quizás, el desafío consista en aprender a valorar la diferencia sabiendo que es la diversidad la fuente de comprensión y riqueza de un mundo cada vez más complejo. Janne Haaland Matlary, investigadora noruega de la Universidad de Oslo, plantea en su libro El tiempo de las mujeres. Notas para un Nuevo Feminismo que “el principal objetivo de las mujeres es conseguir el reconocimiento de sus diferencias respecto a los hombres y esas diferencias deben quedar reflejadas en la organización dela vida profesional”.



Virtudes femeninas: construcción vs. naturaleza.

En principio, se trata de reconocer y valorar las diferencias que cada persona tiene como ser humano único e irrepetible. “Cada persona es portadora de una iniciativa original que puede enriquecer la tarea común, pues su legado cultural, su experiencia individual y su historia constituyen un paquete único de elementos que dan a su punto de vista y a sus intervenciones un carácter peculiar”, subraya Paola Delbosco, Doctora en Filosofía e investigadora del IAE.

Ahora bien, se trata, en este caso, de reconocer aquel aporte que puede realizar la mujer, como tal, frente al varón. Con respecto a este punto de vista, el debate entre distintas posturas se centra sobre el origen de dicho aporte que se traduce en determinadas características y habilidades femeninas.

Hay quienes afirman que tales características son construcciones sociales. “Las diferencias entre hombre y mujer vienen por la socialización”, señala Graciela Di Marco, investigadora en familia y mujer de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Este punto de vista proviene de la llamada perspectiva de género que afirma que tales diferencias son construcciones de identidad que actúan como instrumentos de poder en la sociedad. Cecilia Lagunas, Directora de la Carrera de Especialización de Estudios de las Mujeres y Género de la Universidad Nacional de Luján (UNLu), señala que “no existe una esencia femenina, se trata de un constructo cultural que la teoría de género ha develado en numerosos estudios que se vienen realizando desde fines de los 70”.